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Por su rica gastronomía, su arquitectura, su ancestral historia, proclamado patrimonio mundial de la humanidad, Oaxaca es una joya que debes conocer.
Por: Bárbara Reyes G.
Fotografía: Rick Chávez.
¿Te has preguntado cómo conjugar el misterio con lo natural? ¿La modernidad con lo ancestral? ¿La religión con el sabor?
Estas interrogantes parecen encontrar respuesta casi inmediata, en un lugar como Oaxaca, conocido oficialmente como Oaxaca de Juárez, este sitio cuna de grandes personas que dieron al arte y a la historia mexicana sus mayores glorias, es un sitio tan bello como enigmático.
Proclamado patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO, es una joya que debes conocer.
En sus calles adoquinadas al puro estilo colonial, llenas de viejas casonas y monumentales recintos religiosos, que han permanecido inalterables como testigos de la propia estridencia del tiempo, convergen la tradición con la historia.
Y si te gusta la arquitectura colonial y las casonas, la Casona Oaxaca es para ti. Es un excelente lugar donde hospedarte, no solo por su belleza, buen precio, desayuno y wi fi incluido, además de un excelente servicio, también se encuentra ubicado a tan solo una cuadra del zócalo, donde podrás conocer la bella catedral de esta ciudad y a solo cuadra y media del tan famoso mercado benito Juárez, donde podrás conocer realmente la comida típica y mucho de la cultura de sus amistosos pobladores.
No está nada lejos del templo de Nuestra Señora de la Soledad, donde no te puedes perder de una de sus famosas nieves mientras admiras esta bella basílica. ¡No te podemos hacer mejor recomendación que, el Hotel Casona Oaxaca para vivir Oaxaca al máximo!
El Templo de Santo Domingo, es una belleza realmente única, forrado en oro, al entrar parece que te trasladas a esas grandes historias de castillos y monarcas rodeados de la más fina opulencia. Ejemplo de la arquitectura barroca novohispana, el templo ha sido escenario de varios sucesos importantes en la historia de México.
Te recomendamos visitar también el museo de las culturas y el jardín etnobotánico que se encuentran justo a un costado de este templo. Desde que entras a este museo te transportas en el tiempo, en verdad no le pide nada a con algún convento de Europa. Sus atrios, sus pasillos, sus murales, todo es digno de contemplarse con detenimiento.
Las salas de exhibición bien distribuidas y muy bien expuestos los objetos históricos te llevan de la mano por un recorrido sin igual.
La biblioteca alberga primeras ediciones muy antiguas. Algo que no debes dejar de pasar aun cuando no te guste la historia. Los domingos la entrada es gratuita, ¡tómalo en cuenta!
El enigmático árbol de Santa María del Tule, con más de 2000 años de vida en cuyo tronco se muestran infinidad de figuras, que juegan con la imaginación de los curiosos, es punto impredecible dentro de cualquier visita.
«El Arbol del Tule»© 2012 Rafael Bautista
Pero Oaxaca, no es sólo monumentos e iglesias, su folklore es tan rico, que ofrece cada año la “Guelaguetza”, siendo la celebración cultural de mayor importancia en el estado, donde se muestran las diferentes etnias de la región, que trae la afluencia de personas de todas partes del mundo.
«guelaguetza»© 2012
La gastronomía oaxaqueña es pieza importante para todo aquel que quiera sumergirse en un universo de sabores, un aroma a chocolate recién hecho por un apuesto mayordomo parece perseguirte por todo la ciudad, invitándote a probarlo, antes de darte una escapada por alguno de sus mercados y poder desayunar allí, o simplemente volverte valiente y atreverte a comer un chapulín.
Oaxaca, un lugar más allá del tiempo. ¡Visitala!
